jueves, 15 de enero de 2009

Ordenando la vida nuevamente

Y luego de algunos días de descanso y de ordenar la vida, quedo algo reflexivo y con ganas de adorar la belleza de las cosas. Sí, la belleza de las cosas que tenemos a nuestro alrededor y que pocas veces nos detenemos ha apreciar.

Como lo comenté semanas atrás, este año he decido dar un giro de 360° y dedicarme a ver lo positivo de las cosas.
Dedicarme a adorar todo aquello por lo que solemos luchar en perspectiva.
Y nada más cierto que el rayo de luz que cruza tu ventana al amanecer para darte cuenta de la suerte de poder abrir tus ojos un día más. De poder regalar un te quiero a esa persona que tiene la decencia de brindarte una sonrisa, aunque la misma sea sólo por cortesía.

Hoy vuelvo a vestirme de observador y desde el alma y con ojo crítico trato de dejar atrás ese mundo de quejas y desganos y me sumerjo en un pozo profundo de esperanza y paz. De vida infinita y de dichas interminables.
Hoy nuevamente tomo las riendas de mi vida para postrarla frente a la grandeza de la creación.


Desde el infinito y hasta los confines que el mundo agitó para verte sonreír.
Cuando el sol con su mano firme dibujó líneas de expresión que el planeta refleja en versos animados.
Por caminos de colores y cimas espectrales que cubren con un manto de niebla la razón del corazón.
Iluminado levantas la mirada al cielo y oyes con ternura el canto de los ángeles.
Iluminado elevas la vista y das gracias por tener una vida y por ser parte de una creación infinita y única.

Déjate llevar por las riendas de la prosa.
Siéntete seguro y satisfecho que tu legado se conocerá tras mil generaciones de estrellas y constelaciones entrelazadas por la unión de la hermandad. Trata de dar forma a un mundo oneroso y lleno de escepticismo, pues con la pluma por delante, tus reflejos se hacen luz artificial.

Sondea el mar en abreviatura y por las profundidades de la razón deja tu huella sin precedentes. Levanta la ola del fuego y con esa fuerza peculiar, llena de gozo tu espíritu y convierte en cruzado el corazón del león.
Y una vez hallado en la ciénaga del atardecer, hecha una mirada espiritual al mundo que con sus manos te trajo vida; al cielo que con su voz te trajo arrullo; a la tierra que con su fruto calmó tu hambre.

Da gracias por estar hoy con vida.
Da gracias por la razón que Dios puso en tu corazón.
Da gracias por existir en la plenitud misma y refleja tu inquietud con nobleza y mucho tesón, porque no solo existe el que se levanta sino también el que se tropieza y tras miradas ingenuas, él renace junto con el alba de la creación.

viernes, 9 de enero de 2009

Nos volvemos a encontrar...

Hoy es el día.
En este momento tomaré el teléfono y simplemente llamaré a ver qué me responde el individuo (antes llamado amigo).
Va casi una semana y descubro que él es tan terco como yo porque no se nada de su vida. Ni siquiera un SMS.
Bueno, en vano hubiera sido porque la verdad no lo hubiera contestado.
¿Dolido aún?, probablemente sí. ¿Molesto y fastidiado?, probablemente sí. ¿Estoy consumiendo mi tiempo en una cólera que no tiene sentido ni trascendencia?, definitivamente eso es un hecho. Pero que le vamos hacer, así somos los seres humanos: tercos, obstinados, engreídos, patanes.

Todo se reduce a dos opciones:
a. Dar el primer paso y llamarlo para solucionar este galimatías, o
b. No lo llamo y dejo que el tiempo arregle todo. El problema con ello es que puede que en vez de arreglarlo lo empeore.

Ya esta!
Han pasado un par de horas desde que redacté las primeras líneas del artículo de hoy.
Opté por la primera opción. Acabo de hablar con mi amigo. Por ambos, nada ha pasado. Las cosas siguen igual. Pero ojo: sólo ha sido una llamada por teléfono. Eso es sólo el primer paso. Aún falta que nos reunamos y conversemos sobre lo sucedido, sino nada tendría sentido y definitivamente la amistad quedaría reducida a un simple: Ey! ¿Cómo vas?

Luego de descubrir que uno puede dar el primer paso si se lo propone y sin que se caiga el mundo en el que vivimos, me convenzo que lo más propio en estas ocasiones y lo que realmente hará que mi alma se sienta en paz consigo misma es tratar de aprender lo más que pueda de la situación. Y es que uno no debe hacer las cosas por que se las pidan o se las aconsejen, uno debe hacer las cosas por convicción y a favor de la tranquilidad de uno mismo.
Ello no quita que siempre un buen consejo es bien recibido y nos pueda orientar mucho.
Por ello antes de seguir con esto, deseo agradecer de todo corazón a dos personas que me ayudaron muchísimo durante esta semana.
Primero te doy las gracias a ti mi vida por ser la persona que más amo en este mundo y porque siempre estas pendiente de mi y de mis ocurrencias y engreimientos. Gracias por permitirme volar a tu lado y de hecho caminar este sendero juntos y de la mano.
Segundo quisiera agradecer a aquella persona que creyó en mí, prácticamente sin conocerme, y me retó a ser un valiente de la vida y no un cobarde como ya hay muchos. Muchas Gracias!!! y desde este blog tienes de mi toda mi amistad, cariño y gratitud.

Hoy puedo escribir más tranquilo y vuelvo a ver con calma la luz en la ciénaga, que perpetua, alumbra nuestros destinos.
Gracias al baño de ternura que he recibido, abro nuevamente mi corazón y en vez de perder un amigo gano un hermano.
Desde este lugar y en este tiempo, les cuento que esta historia se escribe sin final y que para un servidor la vida cobra otra vez el sentido absoluto de la armonía y la paz.

Gracias a todos y cada uno de ustedes por estar ahí siempre.

Conmigo será hasta pronto.

Desde el alma, un fuerte abrazo.

PD.Hermano mío, hoy nos juntaremos para conversar y para estrechar nuevamente lazos de amistad. Hoy escribiremos un nuevo artículo de nuestras vidas. Más tarde no sentaremos y nos reiremos de las cojudeces de la vida y de lo absurdos que podemos llegar a ser a veces.

lunes, 5 de enero de 2009

Extraño a mi amigo!

Desde mi última visita todo había sido paz y armonía.
Es más, estoy convencido de que ese estado es producto de la actitud con que miramos la vida.
Pero he de comentarles que últimamente mi actitud ha ido en picada. Y la culpa, quiero entenderlo así porque en nuestra idiosincrasia a alguien hay que culpar, es el estrés del camino; el estrés del día a día.

Hoy me encuentro desde el alma tratando de no sucumbir ante el orgullo de mi ser, para no dejar de lado una amistad de años; que digo amistad, una hermandad de toda la vida. Hoy trato de dejar de lado la necedad del ser humano para no arrepentirme luego y perder con ello algo muy importante de mi vida.
Les cuento que mi amigo y yo no nos hablamos hace un par de días. El “porque” no es importante; hoy solo interesa el hecho de que se ha creado una distancia entre nosotros.
Ya las ganas de llamarlo y arreglar las cosas no son tan fuertes como el orgullo y el resentimiento que siento desde hace dos días.
Ese amargo sabor a hiel que nutre mi ser día a día esta logrando que el abismo entre nosotros se vuelva más grande con el pasar de las horas.
Hoy no estoy dispuesto a contestar una llamada de él aún si el tomase la determinación de llamar primero.
¿Es tan serio el asunto de Fernando, se preguntará alguno de ustedes? Y la respuesta es sencilla: no es nada grave.
Es tan solo el desentendido de un par de púber que hasta el momento no son capaces de conversar y remediar el lío de una vez por todas.

Hoy mis queridos amigos se me han terminado las palabras de ánimo y alegría de las que suelo escribir.
Avanzada la tarde no dejo de pensar en que el cariño por esa persona no es más que un vago recuerdo de lo que otrora fuera una gran amistad.
Hoy me pregunto porque el regalo que con tanta ilusión compré por Navidad, aún sigue esperando a ser recogido.
Hoy me pregunto qué obligó a ese hermano a tomar la decisión de no celebrar juntos un nuevo año.
Hoy no comprendo porque llevo la sensación de que nunca hubo una total apertura del otro lado.
Hoy me da vueltas la cabeza al no entender qué problema tan grave arrastró a mi hermano al lado del abismo y con ello verlo sucumbir ante un dulce pero letal silencio absoluto.

Me pregunto si tengo algo de esquizofrenia y todo lo antes descrito es tan solo un susurro en mi oído y nunca ocurrió.
La verdad es que no me queda claro si todo esto es una simple invención de mi alter ego y una justificación a mis estados de engreimiento y de niño mimado.
Hoy me entra la duda de si de verdad todo lo que creo que ocurrió se dio así por cuenta propia o por la invención de un genio depresivo y falto de atención.

Las ganas de llamarlo y saber cómo se encuentra me matan y desgarran mis más profundos sentimientos, pero el orgullo a veces puede más.
¿Cuándo vas a conversar con él me dijo hoy mi prometida? Y mi respuesta, un poco insulsa aún para ella, fue: aún no lo se. Aún no me provoca hablar con él.
¿Y cuándo te va provocar hacerlo? Aún no lo se. O más bien debo decir, lo se, pero no deseo hacerle caso a esa voz.

Solo pido un simple consejo, amigos.
Hoy que me encuentro algo perdido en el camino de la amistad, ¿Qué me podrían sugerir ustedes?
Ahora que los veo como la luz de mis noches, ¿Cuál estrella debo seguir?
Cualquier frase será bienvenida en este blog…. como siempre digo: su blog.

Espero pueda darles noticias muy pronto; y realmente espero que no sea tarde y que las noticias sean buenas.
Ojala en poco tiempo pueda contarles como un lío de niños se convirtió en uno de los eslabones más fuertes de la cadena de la hermandad.

Un fuerte abrazo para todos y ya nos vemos.

Desde el alma.

viernes, 2 de enero de 2009

Desde el alma

Buenos días, tardes y noches.
Hoy me tomo un momento para hacer un alto en mi vida y para regalarles un pequeño trozo de mi corazón; hoy me tomo un respiro en el día a día para enseñarles que la vida vuelve a nacer y se hace perpetua. Hoy simplemente deseo dejar de lado la sencillez de la palabra para mostrarles lo complicado del corazón.
Mi mayor deseo en este nuevo año, es que todos y cada uno de ustedes den y reciban lo mejor de esta vida. Mi mayor deseo es que todos sus objetivos y sueños se cumplan a cabalidad. Y acá les dejo un pequeño regalo para que inicien este año con fuerza y con mucha alegría.
Desde el alma les regalo una parte de mi corazón.

Esos que no pasan en desgano, andando de vuelo por el perímetro indecente del nuevo año. Una vez más vuelves conmigo, una vez más el culpable que suma sus ganas en otrora sigue en camino abierto, yendo y viniendo hasta que vuelvas contigo.

Horas que pasan y minutos que se desvanecen en andar pesado y con desgano; amistades unidas, abanicos de gloria incandescente; confiando en aquellos que recuperamos por perdones esquivos, hasta que por propia cuenta ves que somos mas uno que dos y que de tres subimos hasta ser evasivos. Disponiendo sin disponer, entregando sin ceder, augurando un buen futuro y generando frutos vanguardistas de excesiva mesura.

¿Cómo vas por el lado del camino al río amargo y profundo?
¿Cómo vas por el sendero misterioso al compás del jazz de la vida?
Bellamente y profuso, anegando amenidades y frutos salvajes en un corazón amable y decidido, con una pasión tan insolente como el mundo mismo; y hacia el abismo de tu suerte giras el timón de tu vida, la recorres y la desenmascaras hasta no dejar ni un hilo suelto.

Y con esa alegría de descubrirte y conocerte amenizas tu suerte y la transformas en buenaventura con el delirio de generar una emoción positiva y exquisita que realce tu belleza cada vez más; cuando al volverte repasas cada curva del trayecto; repasas cada situación, la mides, la conservas, la aprietas y evalúas con calma. Haciendo de tu vida lo más interesante de toda la historia que tienes por contar.

¡Oh! narrador de cuentos celestiales, cuéntame una de tus historias célebres y bien estructuradas.
Déjame sentir el susurro de tus palabras.
Déjame sentir el eco de tus oraciones.
Llévame por una tierra mágica y luego deja que te muestre mi mundo para que también tú puedas extender tu alegría por los confines del planeta.
Ingresa por donde tomaste la decisión; sal por donde provocaste mi dulzura; mantente por todo aquello que vuelves magia y sueña perpetuo y en doble fila la extensión del oeste y junto al viento de primavera recorre nuevamente el camino de la gloria, pero esta vez junto a mi; junto a la alegría propiamente dicha.
Esta vez hazme el favor de conservar mi aliento y despide todo tu sabor a dulce.
¡Oh! narrador perpetuo
¡Oh! narrador de celebridades y de estrellas.
Esta vez no te vayas y sigue conmigo al lado del camino.