viernes, 21 de agosto de 2009

Nueva cocina!

¿Les provoca?... a mí también!
¡A qué no saben cómo se llama éste plato!
¿Reconocen algún ingrediente?
Como siempre lo he dicho queridos amigos, mi Blog no es más que un pequeño espacio para darme el gusto de describir mis emociones o desfogar aquellos sentimientos o sensaciones de las que a veces suelo ser reo.
Y este pequeño artículo no va ser distinto de los demás; escribiré acerca de algo que en éste momento me interese mucho!
Y hoy lo que me interesa es: La Cocina!
Por ello escribiré sobre uno de los platos que más me gustan y que adoro cocinar. ¿Cómo se llama ese plato?... "Tacu-Tacu en Salsa de Mariscos".
¿Cómo se come eso?... pues como no hay otra forma: con la boca!
Lo primero que debes buscarte es una cocina que tenga buena llama; algo asi como las llamas de las cocinas industriales. Eso es básico para poder preparar este plato.
Ojo: la llama a utilizar deberá ser de medio tamaño.
Ingredientes_primera parte: lo que tu creatividad guste de poner en la cocina y que tu boca pueda pasar. Fuera de ello, estaría bien: 300gr de conchas, 300gr de langostinos, 300gr de camarones, 300gr calamar, 100gr de choros, 100 gr de lapas y palabritas, 50gr de pulpa de cangrejo (puede ser precocida), 1 cabeza de pescado; un atado de cebolla china, un atado de perejil (ambos picados finamente en cuadrados), un pimiento (picado en juliana), un diente de ajo (picado en trozos muy pequeños), ají amarillo (picado en juliana), un poco de salsa de ostión, sal y pimienta al gusto.
Primero por favor hiervan la cabeza de pescado como para una sopa; luego la cuelan y la separan. Después, en un Wok con aceite de oliva bien caliente hechan la cebolla china, el perejil, el pimiento, el ajo, y el ají amarillo, hasta que se sofrían. Luego agregan los maríscos (previamente cocinados-hervidos) y luego echan la salsa de ostión (una cdta). Luego por favor mover toda la mezcla y mantener por unos 5 minutos. Luego verter el caldo de cabeza hasta cubrir la salsa. Dejar que hierba hasta evaporar el agua.
Ingredientes_segunda parte: lo que tu creatividad guste de poner en la cocina y que tu boca pueda pasar. Fuera de ello, estaría bien: un poco de arroz y frijoles (base del Tacu-Tacu); cada uno preparado por separado. Una vez listos se mezclan en un Wok y con algo de aceíte de oliva se deja secar en la sartén. Debe formarse una masa compacta y algo crocante. Luego darle la vuelta. De preferencia con un hábil movimiento de muñeca, pues si usamos algún utensilio de cocina y separamos esta masa compacta, podemos desmejorar el sabor final del plato.
Cuando este listo (toma aprox. entre 10 a 12 minutos por lado) servirlo en un plato y verter la salsa de maríscos encima del Tacu-Tacu y por los lados del plato.
Luego de ello: buen apetito!
Espero no haberme olvidado de nada!
Si quieren, me cuentan como les quedó!
Este es un plato típico de mi tierra.
Desde el alma: que les aproveche y espero que les guste.
Saludos a todos.

lunes, 17 de agosto de 2009

¡Cuando la Vida nos da!

Hay veces que simplemente te despiertas pero no te quieres levantar de la cama.
Sencillamente no tienes ganas y tu cuerpo tampoco responde a ningún estímulo mediático que genere tu mente.
Hay veces que sencillamente tu estado de ánimo genera más energía que la virtud más poderosa que se haya regalado jamás en la historia…

- Hola, ¿qué pasó, estoy manejando?
- Solamente quería comentarte algo. Me llamas cuando te estaciones, ¿ok?
- ok

Las luces de la noche caían formando pequeñas sombras en el camino.
Mi auto iba lento; la falla en la faja de distribución me obliga a no acelerarlo para no matarme.
Por momentos la ciudad se volvía áspera, ajena y casi fugaz ante mis ojos.
El ruido de la gente caminando a mí alrededor era casi imperceptible. Una canción de Poisson sonaba en mi autoradio.

- Hola ¿qué pasó?
- ¡Nuevamente se fue!
- ¡No puede ser! Hace mucho tiempo que no ocurría.
- Pues ocurrió nuevamente y esta vez parece que no desea volver.
- No te muevas… voy para allá.

Cierro mis ojos, y en ese preciso instante todo se vuelve una nube gris.
Una celda de aire frío y caliente -cada uno tratando de seguir su camino de manera individual- generan un enorme tornado en mi interior.
Mis músculos se tensionan. Mis manos cálidas comienzan a sudar por los nervios del ¿qué pasaría si…?
Mi respiración se vuelve más austera con cada minuto que el reloj marca.
La distancia entre el punto de inflexión en el que me encuentro y el punto de llegada al que deseo arribar, generan un nuevo escozor en mi.

- Hola mi amor, ¿cómo va todo?, me dice ella al tiempo que iba subiendo al auto.
- No va nada bien.
- ¿Qué ocurrió? ¿Quieres hablar?
- La verdad no quiero, pero tú eres todo mi punto de apoyo en estos momentos.
Y en ese preciso instante, un millón de pensamientos cruzaron la parte frontal de mi corteza cerebral.

Ojala éste pequeño párrafo fuera el inicio de una novela de esas policiales que tanto me gustan.
Pero la verdad es que más que eso, se trata de cómo comenzó todo para mí este último fin de semana.
Soy conciente que existen pruebas que la vida nos pone por delante y que uno las sortea generalmente sin problemas. Pero existen otras -de las que no soy tan conciente- que suelen ser más abrumadoras que la propia vanidad del alma.
¡Las cosas pasan!, me repito a diario. ¡Y pasan por algo!, sin embargo no puedo dejar de preguntarme si lo que siento es correcto.
Si dejar de creer es una opción.
Si mirar para comprender, no sea una acción a la que estemos destinados en este mundo.
Si querer sin querer este bien.

Un millón de dudas y preguntas pasan por mi mente.
Y mil respuestas entretejidas se dan cita en mi ser, para crear situaciones inesperadas y difusas.
¿Qué es eso en lo que tienes que creer para poder lograr entender?
¿Por que el camino es tan pedregoso y empinado que nos cueste tanto subirlo?
¿Cómo puedes vencer eso que sientes sin ni siquiera sabes cómo te pega?

Hoy a pesar de todo me repito a mi mismo: “Es un buen día para mí. Tengo la dicha de poder escribir. Es un buen día para mi”.
Hoy puedo regresar a mi niñez y plasmar nuevamente otro conjunto de palabras, que al final y en verso, pueden transformarse en algún mensaje interesante.
Hoy me encuentro desde el alma, en lo profundo del recuerdo.


En Punto

03:24 - tic… tac… tic… tac… el reloj continua su paso incesante por las nubes del tiempo.
Una manecilla hecha y derecha quiebra su estado de ánimo para contraerse ante los segundos del día.
Un reloj en pleno uso de sus facultades esculpe en simetría los estándares de lo perfecto.
Y en un bostezo equidistante, un susurro eleva su voz hacia el firmamento.

03:25 – tic… tac… tic… tac… el reloj continua su paso incesante por las nubes del tiempo.
La aguja del minutero se frustra ante el avance pomposo del segundero.
El tiempo apremia dice una voz lúdica y sin conciencia.
Una luz tenue se dibuja desde lo alto de la torre del gran reloj, y con su inmenso poder, logra detener el tiempo en su esplendor.

03:26 – tic… tac… tic… tac… el reloj continua su paso incesante por las nubes del tiempo.
No existe regreso que bien no valga el precio de un buen tormento.
Mientras la vida pasa, las manecillas del alma se dibujan ensombrecidas.
Aquel tiempo viejo que sólo dura un instante, aquel que disfrazado de sonido traspasa las puertas del olvido.

03:27 – tic… tac… tic… tac… el reloj continua su paso incesante por las nubes del tiempo.
Más vale una frase bien estructurada que mil caricias desventuradas.
Tic… tac… suena el reloj, tic… tac… avanzan sus manecillas.
El tiempo que en susurro deviene en alegría.Las manecillas del reloj que avanzan y que me regalan una larga y delicada fantasía.