viernes, 9 de enero de 2009

Nos volvemos a encontrar...

Hoy es el día.
En este momento tomaré el teléfono y simplemente llamaré a ver qué me responde el individuo (antes llamado amigo).
Va casi una semana y descubro que él es tan terco como yo porque no se nada de su vida. Ni siquiera un SMS.
Bueno, en vano hubiera sido porque la verdad no lo hubiera contestado.
¿Dolido aún?, probablemente sí. ¿Molesto y fastidiado?, probablemente sí. ¿Estoy consumiendo mi tiempo en una cólera que no tiene sentido ni trascendencia?, definitivamente eso es un hecho. Pero que le vamos hacer, así somos los seres humanos: tercos, obstinados, engreídos, patanes.

Todo se reduce a dos opciones:
a. Dar el primer paso y llamarlo para solucionar este galimatías, o
b. No lo llamo y dejo que el tiempo arregle todo. El problema con ello es que puede que en vez de arreglarlo lo empeore.

Ya esta!
Han pasado un par de horas desde que redacté las primeras líneas del artículo de hoy.
Opté por la primera opción. Acabo de hablar con mi amigo. Por ambos, nada ha pasado. Las cosas siguen igual. Pero ojo: sólo ha sido una llamada por teléfono. Eso es sólo el primer paso. Aún falta que nos reunamos y conversemos sobre lo sucedido, sino nada tendría sentido y definitivamente la amistad quedaría reducida a un simple: Ey! ¿Cómo vas?

Luego de descubrir que uno puede dar el primer paso si se lo propone y sin que se caiga el mundo en el que vivimos, me convenzo que lo más propio en estas ocasiones y lo que realmente hará que mi alma se sienta en paz consigo misma es tratar de aprender lo más que pueda de la situación. Y es que uno no debe hacer las cosas por que se las pidan o se las aconsejen, uno debe hacer las cosas por convicción y a favor de la tranquilidad de uno mismo.
Ello no quita que siempre un buen consejo es bien recibido y nos pueda orientar mucho.
Por ello antes de seguir con esto, deseo agradecer de todo corazón a dos personas que me ayudaron muchísimo durante esta semana.
Primero te doy las gracias a ti mi vida por ser la persona que más amo en este mundo y porque siempre estas pendiente de mi y de mis ocurrencias y engreimientos. Gracias por permitirme volar a tu lado y de hecho caminar este sendero juntos y de la mano.
Segundo quisiera agradecer a aquella persona que creyó en mí, prácticamente sin conocerme, y me retó a ser un valiente de la vida y no un cobarde como ya hay muchos. Muchas Gracias!!! y desde este blog tienes de mi toda mi amistad, cariño y gratitud.

Hoy puedo escribir más tranquilo y vuelvo a ver con calma la luz en la ciénaga, que perpetua, alumbra nuestros destinos.
Gracias al baño de ternura que he recibido, abro nuevamente mi corazón y en vez de perder un amigo gano un hermano.
Desde este lugar y en este tiempo, les cuento que esta historia se escribe sin final y que para un servidor la vida cobra otra vez el sentido absoluto de la armonía y la paz.

Gracias a todos y cada uno de ustedes por estar ahí siempre.

Conmigo será hasta pronto.

Desde el alma, un fuerte abrazo.

PD.Hermano mío, hoy nos juntaremos para conversar y para estrechar nuevamente lazos de amistad. Hoy escribiremos un nuevo artículo de nuestras vidas. Más tarde no sentaremos y nos reiremos de las cojudeces de la vida y de lo absurdos que podemos llegar a ser a veces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario