jueves, 11 de junio de 2009

Una Pequeña Carta

Lima, 11 de Junio de 2009

Hola, donde quiera que te encuentres.
Te escribo desde mi escritorio
Estamos en pleno invierno, con temperaturas a las que normalmente no estamos acostumbrados. Con frío y abrigados. Sin ganas de hacer nada.
Sin embargo, me levanté temprano ésta mañana y te vi. Ahí estabas. Iluminándonos con tu luz. Guiándonos por donde quiera que vamos. Calentando nuestro ir y venir.
Qué hermoso día pensé, y luego caí en cuenta que hoy, exactamente hoy, se cumplen 3 años de tu partida.

Hoy no tengo mucho que contar, simplemente recordarte, quererte y extrañarte como nunca antes lo hice.

Por cierto, hace tiempo que no voy a visitarte ¿correcto?, y la verdad dudo mucho que lo pueda hacer pronto, pues no se si te dije, pero me voy a casar. Así es. Vas a tener una nueva cuñada. Vas a conocer a alguien muy especial, que muy pronto formará parte de nuestra gran familia. Y ojo, tendrás que tratarla muy bien. Casi como si fuera tu hermana, diría yo. Sino, te las vas a ver conmigo más adelante.
Ello me tiene algo ocupado. Hay bastantes cosas que coordinar y ver. Pero descuida, tú también eres importante para mí y de hecho me haré algún tiempo para visitarte. Aún no te puedo confirmar con seguridad cuando, pero si te prometo que lo haré.
Retomando lo que te iba diciendo, el sábado pasado la pedí formalmente. Mis padres y los suyos estuvieron algo nerviosos. Nada fuera de lo normal. Al final, todo salió muy bien. Ella y yo nos dimos cuenta de que nos amamos más de lo que el otro hubiera pensado. Algo así como lo tuyo con Maripi. Realmente algo muy hermoso.
Estoy seguro que Maripi sigue pensando en ti todos los días. Ella te quería mucho. Nunca me lo dijo directamente, pero se veía en sus ojos. Tu hermana también estaba segura de ello.

No se me ocurre que más puedo contarte. Ah! bueno, podemos hablar de la empresa.
¿Te acuerdas de ella?, bueno, Martin y yo la estábamos llevando bien, pero igual nos hacía falta algo más de fuerza. Y eso requería un poco de tiempo y dinero. En ese momento era algo que no podíamos darle. ¿Solución?, se la traspasamos a JD. ¿Cómo le va?, realmente mal. Todo lo que logramos (Martin y yo) con esfuerzo y dedicación, lo destruyó en sólo tres meses. ¿El producto?, realmente malo. La calidad que maneja no es ni el 10% de la que manejábamos nosotros. ¿Solución?, aún no la tengo, pero lo más seguro es que retomemos nuevamente la empresa. ¿Cuándo?, eso aún no esta claro.
Si puedes ayudarnos a Martin y a un servidor, sinceramente te lo vamos a agradecer toda la vida.

Bueno, es hora de finalizar mi carta.
¿Qué raro suena decir carta ahora, verdad? ¿Recuerdas cuando no había Internet? ¿Recuerdas cuándo nuestra madrina nos regalaba por Navidad las cajas de chocolates? ¿Recuerdas que no nos duraba nada? Qué épocas tan bonitas. Lamentablemente no volverán. Pero siempre tendremos París.
Me has hecho reír al recordar ello. Y eso es bueno, porque ese es mi objetivo: recordarte con alegría y no con pena. Llevarte en mi corazón por el resto de mi vida, y teniéndote ahí, reírme de todo lo que hicimos. Hoy mi objetivo es ver tu rostro con alegría y felicidad.
Sé que llevaste una vida plena y se que eso nadie te lo puede arrebatar.
Sé que quisiste mucho y que te quisieron mucho, y eso no tiene precio.
Sé que siempre te voy a extrañar, pero en mi corazón siempre estarás.

Descansa tranquilo primo.
En algún momento nos juntaremos otra vez.

Muchos cariños,

Fernando

No hay comentarios:

Publicar un comentario